viernes, 3 de mayo de 2013

Por qué se me impone hablar de la inundación

Hoy no puedo dejar de escribir lo que siento por los inundados de la Plata. Será porque allí nací, donde viví hasta los cinco años, en una casa enorme, blanca, racionalista,en frente del Bosque...A veces , muy desdibujadas, aparecen algunas escenas que me sitúan en la epidemia de polio del 56, con una bolsita de alcanfor prendida al vestido... Será también que tengo muy instalados en la memoria los veranos en la calle 61,, con sus quintas de tomates, con sus cercos de ligustro y macetas con malvones en los patios y con un aire de barriada simple y solidaria. Será también porque allí todavía vive una parte de mi familia, esos tíos y primos que formaron parte tan crucial en mi infancia y que ahora se sienten lejos, con la distancia que crea esta loca vida que vivimos en la urbe, donde el tiempo escasea para otra cosa que no sea trabajar para sobrevivir. Será porque no soporto la crueldad que significa desaparecer los nombres de las víctimas, ocultando prolijamente el de aquellos cuya pobreza los vuelve esclavos del clientelismo, y que entonces, se obligan al silencio. ¿Qué habrá sido de los nenes más chicos de esa familias de los ranchos a orillas del arroyo El gato? Según la crónica oficial no habría ningún niño muerto..Terrible dolor de perder a un hijo en medio de la furia de la correntada, sin poder retenerlo y salvarlo de morirse ahogado.Pero nadie puede hablar de esto.Está prohibido.. Muchos han aprendido que hablar puede querer decir dejar de comer, el repudio, el destierro,la violencia , la revancha, el aislamiento social.Entonces se trata de un duelo imposible, cuyo silenciamiento tendrá seguramente un retorno oprobioso... Pero no es la mentira oficial de quienes mandan hoy lo que me duele en el alma...Lo peor creo es el silencio social.Al igual que en la Tragedia de Once, los argentinos, esos, que en una época eramos "derechos y humanos" y ahora "buena gente", miramos para otro lado. Ya se produjo ayer la primera marcha con 3000 personas , para recordar el primer mes de la tragedia. Primera vez que dará lugar a una serie de veces, que inútilmente buscaran verdad y justicia, enterradas para siempre en el proyecto político de turno. Porque vivimos un tiempo de silenciamiento, de miedo y de desmentido...Celebrado por muchos que ven concretarse un verdadero paraíso en la tierra... Nunca hay ni habrá un Mundo feliz.Las utopías comunistas , el nazismo y el fascismo naufragaron en su barca de discurso único.El discurso capitalista no promete más que un mundo de consumo, que nos enreda en la necesidad de convertirnos en máquinas de correr detrás de ilusiones. Pero, a la hora de pensar el malestar que tenemos que estar dispuestos a tolerar, es infinitamente peor que no haya ningún margen para cierta libertad ...Lo peor siempre es el despotismo, el poder absoluto, la discrecionalidad en las decisiones del Príncipe, el quedar expuestos brutalmente a la crueldad del poder ... Una vez, allá por 1982, la Guerra de Malvinas, con su tendal de muertos y destrucción, nos regaló a todos la democracia.Un sistema en el que de verdad nunca terminamos de creer. La zaga de golpes militares, el autoritarismo en el primer peronismo, la revolución "libertadora" con su revanchismo, la historia de proscripciones y salidas violentas e incendiarias contra lo instituido, la locura sangrienta de la guerrilla, es elocuente a la hora de ver cuándo en la totalidad del siglo que pasó, respetamos la ley, la vida y la división de poderes, esa que figura en el nombre del país que somos.¿Somos la República Argentina?..O meramente somos Argentina, un país muy raramente republicano.. ¿Tiene algo que ver este espíritu autoritario con el grado de malestar en el que hoy vivimos todos, unos por resultarles ya insoportable el grado de desmentida de un relato dominante que luce a veces bizarro, otros por sentir que la revolución está siendo amenazada por "intereses agazapados dela derecha"? Porque todo vivimos mal. Tan mal vivimos, que para soportarlo acudimos a la negación y al desmentido.Cuando las tragedias irrumpen ponen de relieve nuestra muda complicidad con los excesos del poder, porque dan a ver el costado corrupto , siempre presente en cada obra que no se hizo por la extrema voracidad de quienes embolsan los "retornos" que se merecen por estar allí.Entonces no queremos ver nada más, no queremos saber en qué medida entre todos fuimos armando esta pesadilla, unos por dar un cheque en blanco a alguien que , en la soledad de un poder hegemónico no puede sino engañarse y fallar. Otros por no haber podido encontrar una manera inteligente de acotar excesos, rescatando muchos logros que fuimos armando entre todos los argentinos, remando siempre contra sucesivas implisiones económicas, en las cuales todos hemos sido responsables...Algunos más, por ser dirigentes, pero no podemos olvidarnos que a Menen se lo votó por la bonanza del uno a uno, que se tragó la industria nacional y el empleo, pese a haber estallado ya los primeros escándalos de corrupción.Que a de la Rua se lo eligió porque no estaba dispuesto a terminar con la ficciòn de la convertibilidad.A Cristina se la reeligió con la promesa de perpetuar el sueño consumista de los 2000, fiesta permanente de bolsillos con plata,plasmas para todos,dolar barato, viajes a Miami,planes sociales para pobres y subsidios escandalosos para los ricos. Se vota siempre para continuar una fiesta imaginaria, para seguir dentro de un sueño del que no queremos despertar, porque necesitamos esa mentira que nos haga la vida sencilla, donde no nos preocupemos demasiado, seamos "zen" y tengamos ´solo pensamientos positivos, como actual manera de lidiar con aquello que nos acosa desde la realidad. La fiesta del consumo nos hizo olvidar que en estas décadas de democracia destruimos toda la infraestructura que necesitaríamos para desarrollarnos como país, levantamos los trenes, no construimos las represas, las autopistas,los yacimientos que necesitábamos para hacer sostenible cualquier proyecto productivo...La inmmediatez del consumo nos hizo olvidar que no teníamos políticas de vivienda, que no había ninguna planificación estratégica, que era más importante la fiebre inmobiliaria que las obras hidráulicas, y sanitarias que una ciudad necesita antes de esa expansión.Seguimos con las cloacas de hace más de un siglo, y ningún político parece dispuesto a gastar ese dinero en obras que no se "ven" y que por ende, no le van a garantizar ganar una elección. Así llegamos al 2 de abril, nuestro "otro" dos de abril. El primero, en 1982 fue el día disparatado, inimaginable, en el que decidimos una guerra suicida, que desbarató todo lo que antes habíamos conseguido en relación a Malvinas.Obra de un proyecto loco, conservar el poder contra viento y marea.¿Recordamos que se declaró la guerra como una fuga hacia adelante, en un momento de crisis política para la Junta militar?No olvidemos estas fugas hacia adelante de quien detenta el poder, capaz de toda locura con tal de no perderlo. Porque el costo es el incendio, nuestro incendio, como oferta sacrificial a la voluntad de poder, a la voracidad de quienes mandan.. Este "otro" fue un día aciago donde el cambio climático nos regaló una tormenta perfecta, con 400 milímetros de agua en dos horas, en una ciudad estallada por la falta de previsiones hidráulicas, por la falta de alguien que coordinara planes de emergencia, que tardaron más de diez horas en llegar, tarde y mal, a socorrer a las víctimas. Entonces la correntada pestilente arrasó con los recuerdos, los sueños y las esperanzas de toda una ciudad, mi pobre ciudad natal..Una ciudad creada con perfecta armonìa allá lejos , en los finales del siglo XIX, con su traza de diagonales y plaza, con sus interminables hileras de tilos añosos...Planificacion que quedó detenida en ese tiempo.Nunca más la cuidada ciudad que Dardo Rocha fundó para terminar de resolver el conflicto por la capital fue pensada en su crecimiento. Para que? Si Dios es argentino m y nunca entonces nos va a pasar nada malo? Nuestra ingenuidad nos está saliendo demasiado cara. El precio lo están pagando hoy estas familias despojadas, que lloran la muerte impensada de alguien que no se merecía morir ese día y de esa manera. Dejemos de mirar para el costado , y volvernos sordos e indiferentes ante ese dolor. No basta con la donacion, es necesario acompañar en la reflexion, es encontrar una salida genuina, que nos saque de este otro "mundo feliz" que compramos al votar plebicitariamente la nueva ensoñación: el modelo K. Pensemos a quién votamos, pensemos que le vamos a pedir a una clase dirigente, pensemos en que nadie merece nuestro cheque en blanco, usemos nuestra cabeza, no más suicidios políticos, no más destruccion.No más odios entre argentinos...Tomos la estamos pasando mal. Pero nuestros vecinos, los platenses la están pasando mucho peor, terriblemente peor...

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