sábado, 28 de junio de 2008

El estado actual del debate

Supuestamente se debate en el Congreso.¿se debate? Santiago Kovaldoff señalaba la pobreza de la argumentación como lo más preocupante. No sólo están empobrecidos los argumentos de los legisladores, que un día tuvieron que volver al trabajo, después de una siesta prolongada de casi cinco años, donde se limitaron a levantar la mano y votar algunas leyes que se filtraron en medio de tanto decreto de necesidad y urgencia.Parece que del cerebro de la mayoría de los argentinos hace tiempo que no brota una sola idea. Las ideas son al parecer una de las especies que se extinguieron con la debacle del 2001.Con el nuevo siglo desaparece la capacidad de pensar de la mayoría de los argentinos. Esta debe ser la razón por la cual esa mayoría eligió como presidenta a una persona a quien nunca se la escuchó hablar de manera común y corriente en una charla informal, en una entrevista periodística, en un debate televisivo.Sólo se la escuchó hablar dentro del recinto del Congreso, al que la mayoría no accede, o en los actos partidarios- es decir en escenarios signados por la teatralidad y el exceso.Hablar de manera común y corriente como cualquiera de los otros candidatos, que andaban de aquí para allá contestando preguntas, tratando de convencer, de explicar, de aparentar estar pensando, aunque sea un poquito, las cosas que habrían de hacerse.Pero no, la mayoría optó por algo parecido a lo que se había hecho en el 89-En aquel tiempo se decidió por alguien que sólo pedía que lo siguieran -No se sabía adonde, ni para qué, pero ganó.En esta oportunidad se votó la imagen de una persona que sonreía en las calles , libre de signos del paso del tiempo, eternamente joven, bella, etérea, pero por sobre todas las cosas, muda. Se votó entonces a la manera de un cheque en blanco.Se le da el poder a alguien que no presenta ninguna idea, coherentemente con la abulia que gana la vida cerebral de la mayoría.Y de repente, la emergencia de algo absolutamente inesperado, de gente que se despierta de la ensoñación electoral,del Nirvana donde disfrutaba noche a noche de las contorsiones de los famosos en la televisión, y que, coherente con la desaparición de las ideas, se dedica a la acción directa para intentar defender cosas que en su ensoñación, creía tener para siempre. Entonces todos descubren que es necesario debatir en el lugar que el ordenamiento legal-la Constitución-propone para decidir qué hacer con los ¿bienes? de los argentinos.Pero ¿cómo debatir sin ideas? Por las dudas se instalan carpas, como en las tolderías de nuestros ancestros, los querandíes, tribus que desde su nomadismo no habían logrado el desarrollo cultural que les permitiera pensar algo mejor que prenderle fuego a la primera fundación de Buenos Aires por el conquistador.Insistimos en la acción directa, ante la falta de ideas, carpas, violencia, pirotecnia, fuego, patoterismo.Un retorno al origen.

1 comentario:

Chechula dijo...

muy interesante, tere. lo increible es que acá en mexico se crea que los argentinos estamos politizados... ¿politizados? ¿de donde? primero hay que madurar, hacer, producir, luego viene el debate